miércoles, 29 de junio de 2016

BALAS



BALAS
He ido recogiendo las balas.
Aquellas que a traición me fueron disparadas y las que aún no me han alcanzado.
Las guardo como trofeos de una caza estéril y jocosa.
No se puede matar la sonrisa del que te mira de frente.
Ni disparar por la espalda a quien nunca  tuvo cara de darla.
Guardo en el bolsillo las balas cargadas de semillas
por si se tercia escupirlas  en defensa propia o ajena.
Pero sin rencor.
Esas balas ya no intimidan este cuerpo de fogueo.
Y el eco de algunas palabras sólo son eso... vacío y nada.
La pólvora de mi sangre salpicará en el ojo cerrado del francotirador tirado.
Esperaré paciente a que su dedo índice termine su juego, caigan los casquillos y en su desorden broten, al fin, nuevas flores.
AMQ

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